Un proyecto que se inicia en la década de los ochenta, cuando Carmen y Julián, compraron una finca llamada Coto de Cárdaba, que estaba completamente derruida y en desuso pero, aquí pudo más el apego a una tierra, a una comarca que hizo nacer su relación y que guardaba en su memoria sus mejores recuerdos.
Con la adquisición de la finca se quería devolver el agradecimiento a la zona que tanto había marcado sus vidas. Los inicios no fueron fáciles, poco a poco se rehabilitó la ermita del S.X junto con la casa solariega que se encontraban en pésimas condiciones, sin embargo, la ilusión de reconstruir algo con tanta historia, fue el detonante que hizo que Julián se volcara en el proyecto; al principio, dando una utilidad a tan vasta extensión para el pastoreo de sus ovejas, que después utilizaba en su mesón arandino.
Pero no sería esa la función de esta finca, Carmen y Julián deseaban elaborar su propio vino, un vino con la personalidad de un terroir único basado en la dura climatología existente, la altura y la mineralidad del terreno que aportan una identidad única al fruto, un vino que reflejara el potencial de su viñedo, el potencial de Finca Cárdaba.
Con la plantación de las primeras cepas en el año 1999 y la finalización en el 2000, se inició una pequeña ilusión familiar en la que todos sus integrantes serían partícipes: Julián, Carmen y sus hijos Rodolfo, Mª Carmen y Javier.
Los primeros pasos ya estaban dados y se sentaban las bases de un proyecto que poco a poco iba cogiendo forma, forma de botella, de copa y de grandes momentos que finalizan con su correspondiente brindis entre amigos, pero lo mejor, está por llegar….
FINCA CÁRDABA,
ATRÉVETE A SOÑAR